José Vergara Espinoza fue un joven de Alto Hospicio que padecía de esquizofrenia desde su nacimiento. En septiembre del 2015, fue detenido por cuatro Carabineros a raíz de una crisis violenta que sufrió en su hogar, momento en el cual su familia no sabía qué hacer. Tras ser detenido, José Vergara nunca más volvió a su casa y hasta la actualidad se desconoce su paradero. Su caso sigue abierto y en investigación para conocer qué pasó con José, al punto de que el 2023, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos admitió a trámite el proceso por desaparición en democracia de José Vergara.
José Vergara, un caso de desaparición forzada en Alto Hospicio
Desaparición forzada Personas con discapacidadRESUMEN:

José Vergara- Imagen: El Mostrador
José Vergara Espinoza, también conocido como “El Pelayo” en sus círculos cercanos, fue un joven de 23 años residente en Alto Hospicio. Nació el 01 de mayo de 1993 por medio de un procedimiento complicado y negligente por parte de los funcionarios de salud: su madre, Teresa Espinoza, no fue atendida oportunamente en el parto y su hijo tragó líquido amniótico, lo que generó en José un retraso mental del 77,5% y su esquizofrenia, razón por la cual pasó a ser una persona con neurodivergencia y con una edad mental de 12 años (El Desconcierto, 2018; Sills, 2021), siendo el principal motivo de las crisis constantes que experimentaba.
Su padre, Juan Vergara, lo recuerda como un niño chico que “hablaba solo y decía que había cámaras que lo grababan”, quien también señala que a José le gustaba jugar a la pelota con sus vecinos, aunque retraído con los extraños (Palma, 2016). Si bien su familia tenía conocimiento respecto a su diagnóstico médico, una irregularidad en su tratamiento le provocó una serie de crisis esquizofrénicas durante el 2015, tal como lo recuerda Juan Vergara:
“Él no era el José. Se enojaba así por nada y de repente llegaba y con cualquiera que se le cruzaba empezaba a decir garabatos y si uno le contestaba se alteraba más. Aunque uno trata de controlarlo era demasiado difícil. De un momento a otro el cambiante el switch” (Palma, 2016)
De hecho, no era primera vez que la familia de Vergara llamaba a Carabineros para solicitar ayuda, debido a que estas crisis se caracterizaban por ser violentas e irracionales. En dichas ocasiones, los funcionarios policiales lo subían al automóvil institucional, le daban vueltas por las calles de Alto Hospicio o se lo llevaban a la comisaría y, horas después, lo devolvían a su domicilio, siendo el método que utilizaban para calmar a José (El Desconcierto, 2018). La razón por la cual la familia no podía contener las crisis de José y acudía a Carabineros, se debía a la dificultad que tenían para acceder a tratamientos médicos efectivos para su enfermedad: el 9 de septiembre del 2015 lo llevaron al Hospital de Iquique para solicitar una internación en el hospital psiquiátrico de la región, sin embargo, no calificó como urgente, por lo que le dieron una orden de internación el 14 de septiembre, un día después de su desaparición (El Desconcierto, 2018). Frente a esto, su padre señaló que: “Si el COSAM me hubiera dado la orden de hospitalización rápidamente, hubiera estado hospitalizado (…)” (Palma, 2016), dando cuenta que, tanto el momento de nacer y en el intento de su familia de internarlo debido a sus crisis, fueron reflejos de la vulneración al derecho a la salud en José Vergara y su familia, en particular por la falta de un tratamiento médico adecuado.
El día de su detención

Cartel que se utilizó para buscar a José Vergara- Imagen: El Ciudadano
Un domingo del 13 de septiembre del 2015, José Vergara sufrió una nueva crisis en su casa en donde arrojó un tambor de agua al suelo y rompió varios objetos de su hogar. En ese momento, José llevaba tres meses sin su tratamiento médico para la esquizofrenia, ya que les producían dolor de estómago y otros malestares, dando cuenta de un tratamiento médico inadecuado que provocó el abandono de sus medicamentos por parte del joven (El Desconcierto, 2018). Fue el momento en que Jacqueline Soto, su madrastra, llamó a Carabineros tal como lo hizo en ocasiones anteriores para poder contenerlo. A las 08:20 de la mañana, llegó al hogar los integrantes del cuadrante N°7 de la 3° Comisaría de Carabineros: Carlos Valencia, Ángelo Muñoz, Abraham Caro y Manuel Carvajal, quienes acudieron al lugar tras el llamado de Jacqueline. Tras hacer las preguntas de rutina correspondientes y detener a José Vergara, Carlos Valencia decide no señalar el procedimiento en la hoja de ruta. Tal como se declaró en la investigación, Valencia señaló:
“No compadre, este es un ‘dos corto’ [haciendo referencia a una detención sin tomar datos en la comisaría]. Vamos y volvemos. Es para que se calme, lo vamos a dejar un poco más allá” (El Desconcierto, 2018)
Tras la detención no se supo más de José Vergara. Dos días después, su padre comenzó a buscarlo en el Servicio Médico Legal y la morgue -pensando en el peor de las situaciones-, mientras que Alicia, hermana de José, comenzó a averiguar en distintos lados sobre su hermano, incluso en la cárcel. Fue el 23 de septiembre cuando Alicia y Cristina Vergara, ambas hermanas del joven desaparecido, fueron a preguntar directamente a la comisaría. En el lugar, el mayor Mauricio Cárdenas les informó que no había registro de dicho procedimiento policial en el sistema, por lo que no existía una hoja de ruta respecto a qué sucedió con José Vergara (Palma, 2016).
¿Dónde está José Vergara? Su desaparición y negligencias policiales
Días después de la detención de José, su padre Juan Vergara puso una denuncia en la comisaría, momento en el cual se producen nuevas negligencias: el cabo 2° José Abarca Contreras, escribió en la denuncia que José Vergara desapareció tras sostener una discusión con su padre, además de ingresar una denuncia de presunta desgracia infantil y no adulta (tal como correspondería en este caso). Juan Vergara no pudo corroborar dicha información ni entender los documentos que firmó, ya que no sabía leer ni escribir (El Desconcierto, 2018).
Dos semanas después de la desaparición, la Fiscalía dio inicio a la investigación, logrando procesar a los Carabineros involucrados por detención ilegal y falsificación (lo segundo por mentir en la hoja de ruta). Sin embargo y al tiempo, Carabineros dio de baja a los efectivos involucrados, por lo que los abogados de la familia de José Vergara pudieron iniciar el procedimiento con la justicia ordinaria y no militar, precisamente para evitar lo que sucedió con José Huenante el 2005. La investigación logró confirmar que ninguno de los funcionarios policiales le tomó los datos a José Vergara ni lo llevaron a la comisaría: si bien los cuatro carabineros se contradijeron en sus versiones, durante la investigación penal los policías involucrados confesaron que abandonaron al joven a las afueras de Alto Hospicio y en pleno desierto, siendo una práctica habitual que se realizaba con consumidores de drogas o gente en situación de calle en la Región de Tarapacá (El Desconcierto, 2018). Por otro lado, los funcionarios policiales modificaron su testimonio para omitir responsabilidades al señalar que, al llegar la patrulla, el joven ya no se encontraba en el lugar (Sánchez, 2023).

Familiares de José Vergara- Imagen: La Nación
El procedimiento que le realizaron los ex funcionarios a Vergara sería conocido como “dos corto”, en el cual se detiene a una persona y se deja abandonada en un sitio eriazo, tal como lo hicieron con José Vergara, con la finalidad de evitar papeleo y explicaciones que se generan tras detenciones irregulares (Palma, 2016; Diario UChile, 2023). Al año siguiente, el 2016, el padre de uno de los cabos involucrados declaró que su hijo le confesó que los ex funcionarios golpearon a José Vergara hasta dejarlo casi inconsciente, por lo que uno de los carabineros decidió enterrarlo en el desierto (Sánchez, 2023). Sin embargo, estos antecedentes y la misma investigación penal, no fueron suficientes para conocer el paradero de José Vergara.

Manifestación por José Vergara- Imagen: The Clinic
Justicia y verdad por José Vergara: formalización de Carabineros implicados y admisión de la CIDH
En octubre del 2015, los ex policías Castro, Muñoz, Caro y Carvajal, fueron imputados por los delitos de secuestro y falsificación de instrumento público. Además, la fiscal del caso Virginia Aravena, alertó sobre los beneficios que tuvieron los ex funcionarios durante la prisión preventiva, como el uso de celulares y redes sociales mientras permanecían en la 3ª Comisaría de Alto Hospicio (24 Horas, 2015). A los delitos imputados, los abogados Enzo Morales y Matías Ramírez presentaron una querella por secuestro calificado y vulneración de Derechos Humanos por la desaparición forzada de José Vergara en manos de agentes del Estado. Sin embargo y, asumiendo defensoría policial, el abogado Esteban Infante discrepó en cómo se estaba llevando el caso ya que, bajo su perspectiva: “No existe un protocolo entre Carabineros y el Ministerio de Salud para retirar a las personas por ejemplo que están enfermas o con problemas de salud mental” (Palma, 2016). De hecho, el año 2018, los cuatro ex carabineros fueron condenados solamente por el delito de detención ilegal, siendo absueltos de los cargos de falsificación de instrumento público, es decir, de alterar su hoja de ruta y de secuestro calificado. Tras esto, el Instituto Nacional de Derechos Humanos presentó una nueva querella para imputarles los últimos delitos, en particular el de secuestro calificado, debido a la normativa internacional existente sobre la desaparición forzada de personas:
“El Instituto conoció hoy el veredicto y consideramos que es una decisión bastante lamentable desde el punto de vista de los derechos humanos. El tribunal hace una errada calificación jurídica de los hechos acreditados, muy alejada de las pruebas presentadas. Estas no dan ningún antecedente de que hubo un acto de liberación de José por parte de quienes fueron acusados, por tanto el Instituto presentó un recurso de nulidad” (INDH, 2018b)
Mientras tanto, la familia de José Vergara siguió con la búsqueda y pidiendo ayuda para encontrar a su hijo, incluso llegando a hablar con el Subsecretario del Interior de ese entonces, Mahmud Aleuy, sin encontrar respuestas ni rastros sobre José Vergara. Por lo mismo que, a un año y medio de la desaparición de José Vergara, su familia creó una organización de apoyo y acompañamiento para toda víctima de violencia policial “Justicia y verdad José Vergara”, ya que a su caso se sumaban otras denuncias por procedimientos irregulares en la primera región (El Desconcierto, 2018). Tras ocho años de su detención, la Corte Interamericana de Derechos Humanos admitió a trámite el proceso por la desaparición en democracia de Vergara, por lo que notificó al Gobierno de Chile para entregar una serie de documentos solicitados. Para Cristina Vergara, esta notificación es importante ya que:
“(…) es el primer paso para que al Estado de Chile se le obligue a reconocer su responsabilidad internacional por actos de sus agentes policiales en la desaparición forzada de mi hermano. Desde hace ocho años que exigimos justicia para José Vergara. Vivo lo llevaron, vivo lo queremos” (Escares, 2023)
Al caso de José Vergara, también se suma el de José Huenante en Puerto Montt, quien es considerado como el primer detenido desaparecido en democracia. Para el INDH, ha sido fundamental presentar ambos casos como situaciones extremadamente gracias, ya que dan cuenta de secuestro y desaparición forzada por parte de agentes del Estado, práctica que se utilizaba durante la dictadura y que, en plena democracia, no debería volver a repetirse. Además, para la familia de José Vergara, el pronunciamiento de la CIDH es importante, debido a la sensación de impunidad y ausencia de una respuesta por parte del Gobierno de Chile (Diario UChile, 2023).
Testimonio
Relato de Juan Vergara Luemberger, padre de José Vergara, quien cuenta sobre su lucha por encontrar encontrar la verdad y justicia por su hijo. El INDH ha trabajado en este proceso judicial, al presentar una querella por secuestro calificado y vulneración de Derechos Humanos por la desaparición forzada de un joven a manos de agentes del Estado.
Tanto la esquizofrenia como las demás enfermedades mentales, son temáticas de prejuicios y de gran incomprensión a lo largo de nuestra historia. Durante siglos, estos diagnósticos eran considerados como parte de la locuras (o “gente loca”), en donde filósofos griegos como Platón y Aristóteles la consideraban como parte de una posesión divina e, inclusive, como una genialidad (Dorr, 2017). La locura tuvo diversas interpretaciones según la cultura, algunas la atribuían a la posesión divina y de los dioses y otras, como el cristianismo, la entendían como una posesión demoniaca. Más adelante, las enfermedades mentales serían tratadas desde procedimientos médicos, las cuales fueron agresivas y tortuosas para quienes la recibían, siendo después de la Segunda Guerra Mundial cuando la comunidad científica (en particular la psiquiatría) comenzó a evaluar otras formas de tratamiento, mientras que la aparición del sistema internacional de Derechos Humanos, permitió concientizar sobre la erradicación de procedimientos médicos violentos y que estuviesen al límite de la tortura.

Uno de los tratamientos para «curar» la locura fue tirarles agua helada a los pacientes- Fuente: BBC
Trastornos mentales: una historia incomprendida
Los trastornos y enfermedades mentales ha sido un tópico lleno de prejuicios y estigmatizaciones, razón por la cual se intentaron diversos tipos de procedimientos para abordar el tema: durante la Europa Medieval, el tratamiento de las personas con enfermedad mental se mantuvo en el ámbito doméstico y alejado de la salud pública, esto debido a los pocos conocimientos médicos en la época, que hicieron que se viera la “locura” como un designio divino, por lo que se les veía como pacientes que necesitaban apoyo espiritual y físico con matronas cristianas, mientras que las que eran consideradas demoniacas, eran vistas por un sacerdote (Salaverry, 2012, 145). Fue durante los siglos XVIII y XIX cuando los trastornos mentales no sólo fueron un problema religioso, sino que también legal: en esta época, las personas con enfermedades mentales eran detenidas por las policías, junto a indigentes, huérfanos, prostitutas, homosexuales, ancianos y personas con enfermedades crónicas, al ser consideradas como personas “insanas” o como las “escorias” de la sociedad (León Castro, 2005, 38-39).
Con el surgimiento de la psiquiatría durante el siglo XIX, se comenzó a utilizar y abordar las “enfermedades mentales” o “enfermedades sociales” desde el punto de vista médico y científico. Sin embargo, los tratamientos y procedimiento durante ese tiempo y hasta mediados del siglo XX, implicaban diversos tipos de maltratos y que actualmente son controversiales, tal como la provocación forzada de vómitos, la contención mediante camisas de fuerza o la provocación de otras enfermedades para generar fiebre (Pacheco & Et. Al., 2015, 90). Estos hospitales psiquiátricos comenzaron a conocerse informalmente como manicomios, asociados a una “casa de locos” o lugar donde vivían personas sin razonamiento. En estos lugares, se solía hospitalizar de manera forzada y violenta a las personas con enfermedades mentales, como también se les aplicaba psicofármacos sin entregar mayor información a la familia ni al paciente sobre qué medicamentos se utilizaban. Incluso se llevó a utilizar métodos más extremos como las terapias de choque insulínico (para lograr un coma hipoglucémico) o las terapias de shock, el último siendo una de las terapias más populares de la psiquiatría tanto en Estados Unidos, como otros países como Francia, Alemania y la Unión Soviética (Antonucci, 2018, 171-172).

Mediante el programa secreto «Aktion T4», las autoridades nazi realizaron un exterminio contra las personas con discapacidades mentales y físicas, la mayoría asesinadas en hospitales psiquiátricos de Alemania- Fuente: Enciclopedia del Holocausto
El caso más extremo de maltratos y discriminación hacia las personas con enfermedades mentales fue durante la Alemania Nazi: se calcula que fueron cerca de 100.000 personas con este diagnóstico que fueron asesinadas, más otras medidas como esterilizaciones y un fuerte control en matrimonios en donde uno/a de los/as integrantes fuese considerado como enfermo/a mental (Dorr, 2017, 96). La orden de Hitler a los médicos para eliminar a este tipo de pacientes, se debió que fueron considerados como personas incurables e “incompetentes biológicos”, por lo que afectaría el objetivo del Partido Nazi de preservar la “pureza racial” (León Castro, 2005, 40). Las atrocidades cometidas durante este periodo, dejó aprendizajes para la psiquiatría y, en general, para la comunidad científica, sobre qué tipo de tratamientos y procedimientos se pueden utilizar, sin transgredir la dignidad y el derecho a la vida que todas las personas, incluyendo aquellos/as que posean algún tipo de enfermedad mental.
Salud mental y derechos humanos en el siglo XX

Fuente: ACNUR
Uno de los primeros avances en impedir las terapias de shock y agresivas contra pacientes con esquizofrenia u otras enfermedades mentales, fue desde la psiquiatría social (o incluso corrientes consideradas como “anti psiquiatría”). Estos postulados surgieron principalmente en la Alemania de la post Segunda Guerra Mundial, principalmente en la década de 1950: en el intento de la comunidad científica de reparar los horrores del nazismo, se comenzaron a evaluar terapias y procedimientos no agresivos. Uno de éstos fue el uso de psicofármacos, lss cuales demostraron ser un tratamiento óptimo para la mejora relativa de las conductas de personas con enfermedades mentales, en reemplazo de prácticas terapéuticas que, ya en la década de 1950 y 1960, diversos científicos consideraban como discriminatorias y al límite de la tortura (Dorr, 2017, 95-98). De esta manera, en la década de 1950, ya existían fármacos para la depresión y la esquizofrenia que fueron eficaces y con efectos tranquilizantes, con menos efectos secundarios en comparación con los que se utilizaban antes (Pacheco & Et. Al., 2015, 96).
Durante la segunda parte del siglo XX, los avances científicos y la importancia que comenzó a tomar los Derechos Humanos, permitió comprender mejor las causas y características de los trastornos mentales, en donde se reconocieron otros tipos de trastornos, como la depresión, la ansiedad, y otros asociados al alcoholismo y consumo de drogas duras, las cuales también generan desajustes mentales importantes. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) introdujo el concepto de salud mental en 1953, con el propósito de ampliar la mirada de la atención psiquiátrica, esta vez poniendo atención en la prevención, desarrollo de servicios comunitarios y revisar los procedimientos que realizaban hasta ese entonces. Este cambió significó incorporar una nueva ética médica y científica basada en los Derechos Humanos, para tratar a aquellos pacientes con enfermedades mentales que asistían a hospitales psiquiátricos, priorizando una atención en respeto de su dignidad y con una atención terapéutica y social más eficiente (Desviat, 2020, 18).
A pesar de los avances en las últimas décadas, organismos como la ONU y también el Instituto Nacional de Derechos Humanos, han sostenido que el abuso sexual y físico contra pacientes con alguna enfermedad o discapacidad mental sigue existiendo, principalmente en hospitales psiquiátricos que todavía utilizan el aislamiento o aplicación de castigos (INDH, 2018a). Por lo mismo que ha sido fundamental la conciencia social y eficiente atención en materia de salud mental, la creación de servicios comunitarios y la gestión sanitaria en este tema, como también derribar los diversos prejuicios y estigmas que existen sobre esquizofrenia y los demás trastornos mentales.
Las enfermedades mentales y trastornos psiquiátricos, expresados en la depresión, esquizofrenia, alzheimer, epilepsia y retraso mental, entre otros, son diagnóstico que, al 2019, sufrían casi mil millones de personas, siendo la depresión y la ansiedad las que más aumentaron tras la pandemia que generó el COVID-19 (OMS, 2022b). Además, al 2022, existen unos 24 millones de personas que padecen de esquizofrenia, siendo un grupo que merece mayor atención al ser una enfermedad que genera ideas delirantes, alucinaciones, pensamiento desorganizado y/o agitación extrema, por lo que se necesita medicación, intervención familiar y rehabilitación psicosocial (OMS, 2022a).
Debido a la realidad respecto a la salud mental -y que incluye trastornos complejos como la esquizofrenia-, es que la ONU señala que la salud mental también es un Derecho Humano. Esto debido a que las personas con padecimientos mentales y/o con alguna discapacidad psicosocial, tienen una esperanza de vida inferior -20 años menos los hombres y 25 años menos las mujeres-, a lo cual se suma la estigmatización y prejuicios que también vulneran el derecho de las personas (OHCHR, 2018). Por lo mismo que el caso de José Vergara es un ejemplo de vulneración del derecho a la salud, pero también vulnera los distintos instrumentos internacionales de Derechos Humanos que prohíben la desaparición forzada. En el caso de Vergara, al igual que José Huenante, son ejemplos de desaparición en democracia.

Imagen: El País
Salud mental y derechos humanos
La salud mental se encuentra contemplado en el derecho a la salud, siendo este último respaldado por el sistema internacional de Derechos Humanos. En el caso de José Vergara, el tratamiento médico inadecuado desde su nacimiento y al negarle tratamiento psiquiátrico en sus respectivas crisis, implican una vulneración en su derecho a la salud. Específicamente, se vulnera el artículo 12 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales que estipula “(…) el derecho de toda persona al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental”, situación que no ocurrió con Vergara al no asegurarle una atención psiquiátrica adecuada tras las diversas crisis que sufrió producto de su esquizofrenia.
Por otro lado, la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad¸ aborda específicamente los derechos de las personas con alguna discapacidad psicosocial o con alguna deficiencia física, mental, intelectual o sensorial. En este documento, se señala en el artículo 26 el derecho de las personas con discapacidad a que puedan lograr y mantener su máxima independencia, capacidad física, mental, social y vocacional, por lo que los Estados Partes deben asegurar servicios y programas generales de rehabilitación en ámbitos como la salud. Esto no se cumplió con José Vergara quien, según el testimonio de sus propios familiares, se le negó la hospitalización psiquiátrica al no ser considerado como una urgencia (a pesar de sufrir varias crisis previo a su desaparición). Según un informe del INDH, en Chile existen diversas dificultades para asegurar el derecho a la salud a las personas con discapacidad, debido a la poca disponibilidad del personal médico especializado, dificultades de accesibilidad física y geográfica en centros de salud, poca cobertura de medicamentos y programas de prevención, falta de coordinación de la red pública para ofrecer dichas prestaciones, baja cobertura de la rehabilitación con base comunitaria, problemas con la cantidad de horas médicas disponibles en el sistema público, siendo aún más difíciles conseguir horas médicas para personas con discapacidad mental (INDH, 2012, 188)
En la actualidad, la garantía al derecho a la salud sigue siendo uno de los principales déficits en Chile: desde antes de la pandemia del COVID-19 existían dificultades vinculadas con la calidad de la atención médica y capacidad resolutiva de los servicios públicos (INDH, 2020, 78). La misma historia de José Vergara refleja esta problemática con el derecho a la salud, esta vez vinculado con un grupo de mayor vulnerabilidad por discapacidad. El mismo padre de José señaló este punto tras denunciar que el Hospital de Iquique no le ofrecieron las prestaciones médicas adecuadas para su hijo, previamente a su última crisis antes de su desaparición:
“Si el COSAM me hubiera dado la orden de hospitalización rápidamente, hubiera estado hospitalizado. Lo digo porque ya son once meses y el niño no aparece y estos desgraciados no quieren decir qué es lo que hicieron” (Palma, 2016)

Junto a José Vergara, se suman otros dos casos que el INDH reconoce como desaparición forzada en democracia.
Desaparición en democracia
La desaparición forzada es una vulneración a dos derechos fundamentales: el derecho a la vida y a la libertad personal. Para el INDH, esta práctica implica un crimen cometido por el Estado contra personas que se supone representa y protege, en donde la omisión o negación de información sobre los hechos previos o posteriores a la detención, también forman parte de este delito (INDH, 2022, 434). Por lo mismo que la desaparición forzada es considerada como crimen en el derecho internacional, en donde se vulnera diversos principios de la Declaración Universal de Derechos Humanos, en específico:
-
-
-
Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona (art. 3)
-
Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes (art. 5)
-
Nadie podre ser arbitraria detenido, preso ni desterrado (art. 9)
-
-
La vulneración de estos derechos en específico, también implica no cumplir los compromisos adquiridos en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, el cual también prohíbe la tortura y tratos degradantes, como el derecho a la libertad y seguridad de la persona. A nivel interamericano, la Convención Americana de Derechos Humanos también menciona los mismos derechos y prohibiciones relacionadas con la desaparición forzada. Sin embargo, existen instrumentos específicos que condenan y prohíben la desaparición forzada, como la Convención Internacional para la Protección de Todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas y en la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas. Para el INDH, el caso de José Vergara implicó un caso de desaparición forzada por parte de agentes del Estado, al tener las características contempladas en el artículo 2 de la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada, la cual define la desaparición forzada como:
“(…) la privación de la libertad a una o más personas, cualquiera que fuere su forma, cometida por agentes del Estado o por personas o grupos de personas que actúen con la autorización, el apoyo o la aquiescencia del Estado, seguida de la falta de información o de la negativa a reconocer dicha privación de libertad o de informar sobre el paradero de la persona, con lo cual se impide el ejercicio de los recursos legales y de las garantías procesales pertinentes”
Para el INDH, el actuar de Carabineros tuvo las características mencionadas en la cita anterior, razón por la cual la institución calificó la situación como un caso de desaparición forzada (El Desconcierto, 2018). Además, la misma Convención Interamericana señala, en su artículo 11, que “Toda persona privada de libertad debe ser mantenida en lugares de detención oficialmente reconocidos y presentada sin demora, conforme a la legislación interna respectiva, a la autoridad competente”. En el caso de José Vergara, fue detenido por Carabineros pero no fue derivado a una comisaría ni otro recinto legal de detención, por lo que se comete un delito, por parte de agentes del Estado, que vulnera este principio estipulado en la Convención. En el caso de José Vergara, su contexto específico de ser una persona con trastornos mentales, significa la vulneración del artículo 17 de la misma Convención sobre Personas con Discapacidad sobre la protección de la integridad de las personas con dicho diagnóstico. En este caso, se señala el derecho a que se respete su integridad física y mental en igualdad de condiciones con los demás, situación que no sucedió con José Vergara al ser detenido y ser abandonado en pleno desierto. Por otro lado, la ONU también alienta encarecidamente a los Estados, sobre la educación y capacitación en materia de Derechos Humanos de las personas con afecciones de la salud mental y/o con alguna discapacidad psicosocial, orientada a profesionales de la salud, pero también aquellos que están a cargo del orden público:
“(…) a que impartan educación y capacitación en materia de derechos humanos a los profesionales de la salud, los trabajadores sociales, la policía, los agentes del orden, el personal penitenciario y otros profesionales pertinentes, con especial hincapié en la no discriminación, el consentimiento libre e informado y el respeto por la voluntad y las preferencias de todos, la confidencialidad y la intimidad, y a que intercambien las mejores prácticas en la materia” (ONU, 2020)
La historia de José Vergara ejemplifica las falencias que existen en esta materia, tanto a nivel de sistema de salud como de seguridad y orden público. Por otro lado, la inexistencia de avances e investigaciones sobre el paradero de Vergara, también implica un incumplimiento del Estado de Chile con diversos compromisos internacionales de Derechos Humanos, cuando es obligación del Estado investigar de manera pronta, exhaustiva y eficaz los casos de desaparición forzada de personas, el cual nace de derecho a la verdad y del derecho de acceso a la justicia o protección judicial eficaz (INDH, 2022, 442).
Informes de DDHH
- INDH (2022). Informe anual 2022: Situación de los derechos humanos en Chile. Instituto Nacional de Derechos Humanos. Disponible en Biblioteca Digital
- INDH (2012). Informe anual 2012: Situación de los derechos humanos en Chile. Instituto Nacional de Derechos Humanos. Disponible en Biblioteca Digital
- ONU (2020). Resolución del Consejo de Derechos Humanos 43/13 sobre salud mental y derechos humanos, A/HRC/RES/43/13 (01 de julio 2020), disponible en: https://documents-dds-ny.un.org/doc/UNDOC/GEN/G20/159/05/PDF/G2015905.pdf?OpenElement
Prensa y documentos online
- 24 Horas (27 de octubre, 2015). Formalizan a ex carabineros por desaparición de joven en Alto Hospicio. 24 Horas- TVN. https://www.24horas.cl/nacional/formalizan-a-ex-carabineros-por-desaparicion-de-joven-en-alto-hospicio-1827489
- Diario UChile (12 de septiembre, 2023). Comisión Interamericana admite a trámite proceso por desaparición en democracia de José Vergara Espinoza. Diario UChile. https://radio.uchile.cl/2023/09/12/comision-interamericana-admite-a-tramite-proceso-por-desaparicion-en-democracia-de-jose-vergara-espinoza/
- El Desconcierto (27 de enero, 2018). José Vergara Espinoza: Detenido y desaparecido. El Desconcierto. https://www.eldesconcierto.cl/nacional/2018/01/27/jose-vergara-espinoza-detenido-y-desaparecido.html
- Escares, S. (13 de septiembre, 2023). CIDH acogió a trámite el proceso por desaparición forzada de José Vergara Espinoza. ADN Radio. https://www.adnradio.cl/nacional/2023/09/13/cidh-acogio-a-tramite-el-proceso-por-desaparicion-forzada-de-jose-vergara-espinoza.html
- INDH (22 de enero, 2018a). Derechos humanos y salud mental: NDH constató maltrato en hospitales psiquiátricos. Noticias INDH. https://www.indh.cl/derechos-humanos-salud-mental-indh-constato-maltrato-hospitales-psiquiatricos/
- INDH (24 de abril, 2018b). INDH presentó recurso de nulidad por absolución de acusados de desaparecer a José Vergara. Noticias INDH. https://www.indh.cl/indh-presentara-recurso-nulidad-absolucion-acusados-desaparecer-jose-vergara/
- OHCHR (24 de mayo, 2018). La salud mental es un derecho humano. Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. https://www.ohchr.org/es/stories/2018/05/mental-health-human-right
- OMS (08 de junio, 2022a). Trastornos mentales. Organización Mundial de la Salud. https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/mental-disorders
- OMS (17 de junio, 2022b). La OMS subraya urgencia de transformar la salud mental y los cuidados conexos. Organización Mundial de la Salud. https://www.who.int/es/news/item/17-06-2022-who-highlights-urgent-need-to-transform-mental-health-and-mental-health-care
- Palma, F. (31 de agosto, 2016). El misterio de José Vergara, el joven esquizofrénico que desapareció de Alto Hospicio tras detención de Carabineros. The Clinic. https://www.theclinic.cl/2016/08/31/el-misterio-de-jose-vergara-el-joven-esquizofrenico-que-desaparecio-de-alto-hospicio-tras-detencion-de-carabineros/
- Sánchez, S. (14 de septiembre, 2023). ¿Quién es José Vergara, el joven desaparecido en democracia a manos de Carabineros? En la hora. https://www.encancha.cl/enlahora/nacional/2023/09/14/quien-es-jose-vergara-el-joven-neurodivergente-desaparecido-a-manos-de-carabineros-en-democracia/
- Sills, M. (15 de septiembre, 2021). A seris años de su desaparición en manos de Carabineros, ¿Dónde está José Vergara? Londres 38. https://www.londres38.cl/1937/w3-article-106792.html
Bibliografía
- Antonucci, G. (2018). El prejuicio psiquiátrico. Katakrak. Disponible en Centro Documentación- INDH
- Desviat, M. (2020). La evolución histórica de la atención a la salud mental. Educación social: Revista de intervención socioeducativa, 75, 17-43.
- Dorr, O. (2017). Psiquiatría antropológica. Contribuciones a una psiquiatría de orientación fenomenológico-antropológica. Editorial Universitaria. Disponible en Centro Documentación- INDH
- León Castro, H. (2005). Estigma y enfermedad mental: Un punto de vista histórico-social. Revista de psiquiatría y salud mental, VI(1), 33-42.
- Pacheco, L., & Et. Al. (2015). Reseña histórica sobre las llamadas terapéuticas biológicas en psiquiatría. Norte de salud mental, 13(52), 89-99.
- Salaverry, O. (2012). La piedra de la locura: Inicios históricos de la salud mental. Revista peruana de medicina experimental y salud pública, 29(1), 143-148.