Daniel Zamudio: víctima de discriminación homofóbica.

Diversidad Sexual Tortura

RESUMEN:

Fue el año 2012 cuando Daniel Zamudio fue víctima de un ataque homofóbico en pleno Parque San Borja, Santiago. Su caso provocó gran conmoción pública y, además, abrió el debate sobre la necesidad de fortalecer mecanismos de prevención y condena en casos de discriminación, en este caso, hacia la comunidad LGBTQ. Tras su caso y con la presión de diversos movimientos y agrupaciones, se aprobó finalmente la Ley Antidiscriminación, también conocida como “Ley Zamudio”.

Imagen de Daniel Zamudio- Fuente: El Mostrador

Daniel Zamudio nación en Santiago en 1987. Fue el segundo de cuatro hijos en la familia Zamudio-Vera. Criado en San Bernardo, constantemente recibió preguntas y cuestionamientos de su familia respecto a su sexualidad, en donde llegó a confirmar su homosexualidad a los 17 años. El año del ataque, Daniel vivía con su madre y abuela, trabajaba como vendedor en una tienda de ropa en Providencia, con anhelos de terminar la enseñanza media, estudiar modelaje y, más a futuro, ser famoso (Movilh, 2014).

Zamudio ya había recibido ataques por su orientación sexual anteriormente: en el colegio lo molestaban por su orientación sexual y, en una oportunidad, recibió insultos y amenazas en la discoteca Blondie, diciéndole: “Yo sé dónde trabajai y donde te pille te voy a matar” (Gutiérrez, 2012), siendo una realidad que muchas personas LGBTQ viven en el país, particularmente en contextos pasados donde no había ni discusión ni legislación sobre el tema. De hecho, antes del asesinato de Zamudio, existía una Ley Antidiscriminación tramitándose desde el 2005 en el Congreso, sin mayores avances en su discusión sino hasta el 2012 tras el crimen homofóbico.

 

El día del crimen

Diversas fuentes señalan que el día antes del ataque, jueves 01 de marzo, Daniel estaba en su trabajo como cualquier otro día. Sería en la noche del mismo día cuando Daniel se encontraba en el Parque San Borja de Santiago Centro, lugar donde compartió con amigos/as hasta más allá de la media noche, en un espacio en donde era recurrente las fiestas y encuentros entre jóvenes. Fue en ese contexto que Daniel se había quedado dormido en una de las medialunas del parque, momento en que un grupo de cuatro jóvenes, Alejandro Angulo, Patricio Ahumada, Raúl López y Fabián Mora, lo atacaron y golpearon brutalmente, incluso cometiendo torturas entremedio. Finalmente, a las 5:30 de la madrugada del día sábado 03 de marzo, Daniel fue encontrado inconsciente y en estado grave por un guardia a cargo del parque. Al ingresar a la Posta Central, Daniel Zamudio presentaba un TEC grave, fracturas expuestas, lesiones múltiples en el rostro, tórax, dorso y extremidades, quemaduras de cigarrillos y cortes en forma de esvástica en pecho y espalda (Movilh, 2014).

Si bien Zamudio mostró señales de mejora en su recuperación, comenzó a tener una mejoraría lenta y, posteriormente, se comenzó a hablar de daño neurológico con sobrevivencia. Finalmente, el día 27 de marzo del 2012, Daniel Zamudio falleció a los 24 años de edad, estando 24 días luchando por sobrevivir al brutal ataque. A estas alturas, el caso de Zamudio logró tener alta cobertura en medios y despertó la preocupación sobre la desprotección de las personas LGBTQ en el país, hablándose desde ya de un crimen homofóbico. Su muerte causó gran conmoción y, desde la sociedad civil y el mundo político, se exigió avanzar rápidamente en una Ley Antidiscriminación, lo que fue acogido por Rodrigo Hinzpeter, Ministro del Interior de ese entonces (Cooperativa.cl, 2012).

Animita de Daniel Zamudio ubicado en el Parque San Borja, lugar en donde fue encontrado Daniel luego del ataque que recibió por largas horas- Fuente: MUMS.

Zamudio y la Ley Antidiscriminación

Los atacantes de Zamudio ya tenían antecedentes de violencia previamente: tres de ellos tenían antecedentes de ataques a inmigrantes, además y por el uso de la esvástica en la golpiza, se comentó inicialmente en los medios de que se trataba de un grupo de neonazis (aunque posteriormente se debatió dicha teoría) (Cooperativa.cl, 2014). Por lo mismo, desde un principio se comenzó a hablar de un crimen homofóbico o crimen de odio hacia una persona LGBTQ+.

La Ley de Antidiscriminación fue introducida al parlamento el 2005 bajo la presidencia de Ricardo Lagos, teniendo una tramitación lenta y no siempre con posturas a favor, principalmente desde sectores más conservadores que, con la discusión de esta ley, veían la posibilidad de abrir otras discusiones como la unión civil, lo cual ya se había propuesto por organizaciones como Movilh y en diversos fotos y actividades organizadas por colectivos LGBTQ+ (Hiner y Garrido, 2017). Sin embargo, fue el asesinato de Zamudio lo que provocó un impulso y, en parte, forzó acelerar y aprobar la Ley Antidiscriminación en tramitación en el congreso. A esas alturas, no solamente los sectores políticos estaban de acuerdo con su aceleración, sino que diversas encuestas dieron cuenta que gran parte de la ciudadanía también estaba de acuerdo con su aprobación, además de transformarse en el caso con mayor impacto en redes sociales durante todo el 2012, tanto por los avances de la investigación de Zamudio como por la aprobación de la norma antidiscriminatoria (Movilh, 2012).

La Ley Antidiscriminación, o también conocida como “Ley Zamudio” fue considerada como un avance para establecer medidas contra la discriminación, ya que propone que el Estado instaura un mecanismo judicial para abordar los actos de discriminación arbitraria, ya sea por motivos de raza o etnia, nacionalidad, situación socioeconómica, entre otros, incluyendo discriminación por orientación sexual, identidad y expresión de género (Ley 20.609). Por un lado, disponible de un mecanismo judicial específico para personas víctimas de discriminación y, por otro lado, significó un mensaje simbólico desde el Estado hacia la sociedad chilena, al señalar que la discriminación no es algo aceptable (INDH, 2012). Aun así, a la ley ha sido objetivo de críticas desde su vigencia hasta la actualidad: si bien ha servido para hacer denuncias por violencia y abusos basados en la orientación sexual o identidad de género, la ley está basada en la sanción, dejando de lado otras aristas como prevención y preparación de la víctima (León, 2019), por otro lado y, en términos de aplicación, en los primeros 6 años de promulgada la ley, se han realizado 300 denuncias y sólo 90 condenas, siendo sentencias cuyo principal motivo ha sido discriminación por discapacidad y enfermedad, lo que da cuenta que no es una ley exclusivamente para proteger a la población LGBTQ+ (Vial, 2018). Por lo mismo que, en el largo plazo, se ha considerado como una normativa insuficientemente amplia y flexible para permitir un procedimiento adecuado en la mayoría de los casos de homo, lesbo y transfobia (Hiner y Garrido, 2017).

Animita de Daniel Zamudio ubicado en el Parque San Borja- Fuente: Wikipedia.

El impacto cultural de Zamudio. Las memorias LGBTQ pendientes

A crimen contra Zamudio, se suma una lista larga de violencia y asesinatos a personas gay, lesbianas y trans, entre otros, la mayoría siendo casos impunes, silenciados o poco conocidos, particularmente en contextos pasados en donde temas relacionados con la diversidad sexual seguían siendo tabú. Por lo mismo que el caso de Zamudio marca un hito histórico dentro de las luchas y memorias de la comunidad LGBTQ, a modo de recordar que la discriminación y violencia por orientación sexual y/o identidad de género, sigue siendo una problemática social en el país. De hecho, en la actualidad, existe una animita de Daniel Zamudio en el Parque San Borja, muchas veces acompañado de mandalas, bandeas LGBTQ y distintos mensajes en las murallas del parque relacionados con las diversidades y disidencias sexuales, además de ser lugar de encuentro de diversas actividades y eventos de las mismas organizaciones LGBTQ.

Posterior a la investigación, diversas historias y teorías circularon entorno a Daniel Zamudio y sus victimarios, lo que motivó la publicación de diversos materiales, como el libro Solos en la Noche: Zamudio y sus asesinos de Rodrigo Fluxa el 2014 y la serie Zamudio: perdidos en la noche transmitido el 2015 por TVN, ambos materiales que buscaron mostrar historias que el mismo procedimiento judicial no visibilizó, como los contextos de pobreza, vulnerabilidad y marginalidad por el cual pasaban todos los involucrados en el caos, tanto víctimas como victimarios.

Canción

«Noche profunda» de Denver, tema principal de la serie Zamudio: Perdidos en la noche de TVN

La violencia contra las personas LGBTQ tiene raíces históricas y culturales tanto en Chile como en el resto del mundo: desde su persecución hacia lo que se consideraba “sodomía” y, desde principios del siglo XX, como una enfermedad mental, física y social, las personas LGBTQ han estado rodeadas de prejuicios infundados e incluso con leyes específicas que han criminalizado su existencia.

 

Violencia, homo, lesbo y transfóbica

Imagen: Robles, 2008

Son múltiples las formas de violencia contra personas LGBTQ, desde la violencia física y verbal, como también la dificultad de acceder a fuentes laborales por su orientación sexual y/o identidad de género, como también la exclusión de círculos familiares y sociales por el mismo tema. Históricamente, se ha entendido la homosexualidad como pecado y como una enfermedad mental y física, siempre dentro de los parámetros de la “anormalidad” o “antinatural”, justificando la exclusión de la diversidad sexual dentro del orden social, legal, político, ético y moral de una sociedad (Byrne, 2013). Muchas veces se ocupa el término violencia homo-lesbo-transfóbica o violencia anti-LGBTQ, entendiendo que la violencia no sólo es contra la población homosexual, sino que, a personas trans, no binarias u otros que no se definen dentro de la heterosexualidad, siendo muchas veces los propios movimientos LGBTQ lo que han empujado al Estado para el reconocimiento de estas desigualdades y violencias históricas (Hiner y Garrido, 2017).

Desde los tiempos coloniales y parte del siglo XIX, la homosexualidad era considerada como “sodomía”, es decir, un comportamiento que atentaba contra la moral y la naturaleza, considerándose como un pecado que atentaba contra la ley de Dios y principios de la Iglesia Católica (Hopman, 2000). Posteriormente, en las primeras décadas del siglo XX, los imaginarios sociales respecto a la homosexualidad, fueron tomadas por las ciencias médicas y criminalísticas, estableciendo diversos argumentos que señalan que la homosexualidad era una enfermedad y trastorno mental, incluso también tratándose como una enfermedad psicológica, moral y social, la cual tenía “cura” por medio de terapias curativas o de conversión que buscaban “corregir” la homosexualidad, utilizando métodos como choques eléctricos, hipnosis, tratamientos hormonales y casos exttremos como la castración química (Borrillo, 2022; Cornejo, 2011).

En Chile, existieron dos normativas en el Código Penal que criminalizaban y penalizaban la homosexualidad y/o cualquier otra práctica que estuviera fuera de la heterosexualidad: el artículo 365 que penalizaba el delito de sodomía y el artículo 373, que condenaba las ofensas al pudor y buenas costumbres, normativa que criminalizaba principalmente a mujeres trans u hombres considerados “afeminados” (Contardo, 2011). Ambas normativas se aplicaron durante gran parte del siglo XX, principalmente contra personas gay y mujeres trans (Hiner y Garrido, 2019), siendo recién en 1999 cuando se despenalizó la sodomía en Chile, mientras que el artículo 373 sigue vigente, pero actualmente no se aplica como instrumento de persecución contra las personas LGBTQ.

Segunda marcha LGBTQ por Alameda en 1993, Santiago. Nota publicada en el diario La Época (fuente: Archivo Movilh).

 

Movimientos LGBTQ

Debido al contexto de discriminación y violencia contra la diversidad sexual, es que aparecieron diversas organizaciones y movimientos LGBTQ con la finalidad de denunciar los niveles de desigualdad, exclusión y violencia. Posiblemente un evento histórico y simbólico respecto a las luchas LGBTQ, son los Disturbios de Stonewall en 1969 en Nueva York, Estados Unidos. En dicho evento, lesbianas, gays, bisexuales y personas trans, protestaron contra la violencia policial que existían en ese entonces contra las personas LGBTQ, las cuáles eran víctimas de constantes redadas policiales, sin existir mecanismos para prevenir dichas situaciones. En el caso de América Latina, la primera organización LGBTQ constituida públicamente fue Nuestro Mundo en 1967, Argentina, la que posteriormente se transformaría en el Frente de Liberación Homosexual, la cual participó en diversas protestas, grupos estudios, grupos feministas y en reuniones con organizaciones LGBT en el exterior (Figari, 2010). Al igual que Argentina, diversas agrupaciones comenzaron a surgir en América Latina desde la década de 1960 hacia adelante, aunque con más fuerza tras la crisis del VIH/Sida en la década de 1980, ya que las agrupaciones tuvieron que focalizarse en la lucha contra el estigma del VIH, la cual era vista como un virus que sólo le daba a las persona trans y homosexuales (Figari, 2010). Por otro lado, los procesos de transición democrática en el Cono Sur, también permitió la aparición de movimientos que lucharon por los derechos de gays, lesbianas y personas trans, en consonancia de la presencia de agrupaciones por los Derechos Humanos y discusiones en la esfera pública que, en contextos de dictaduras, no se daban (Garrido y Simonetto, 2019).

 

Diversidad sexual durante la transición democrática en Chile

Tras el fin de la dictadura, se inició un escenario propicio para articular nuevos movimientos sociales, tales como el de la diversidad sexual. Fue en 1991 cuando surgiría la primera organización homosexual de manera pública, el Movimiento de Liberación Homosexual o también denominado “Movilh Histórico” (cuya distinción se hace para no confundirlo con el Movilh actual). Se fundó en un taller de derechos civiles organizado por la Corporación Chilena de Prevención del SIDA, cuyo objetivo fundacional fue visibilizar y posicionar la lucha contra la discriminación y violencia contra la comunidad homosexual, partiendo por la derogación de la ley n° 365 sobre penalización de la sodomía.

Marcha del Orgullo 2012 en Santiago - Fotografía: Wikicommons.

Marcha del Orgullo 2012 en Santiago (Fuente: Wikicommons)

Luego de la penalización de la sodomía, diversas disputas y conflictos internos del Movilh Histórico, generaron un quiebre en la agrupación y, posteriormente, la aparición de nuevas agrupaciones apuntando a demandas específicas (visibilización lésbica, trans, prevención del VIH/Sida, entre algunas), por lo que surgen nuevos movimientos como el Movimiento Unificado de Minorías Sexuales MUMS (1997), sindicato de trabajadoras sexuales trans Amanda Jofré (2004), el Colectivo Universitario por la Disidencia Sexual CUDS (2001), la organización lésbica Rompiendo el Silencio (2002), mientras que el Movimiento de Liberación Homosexual (Movilh Histórico) pasó a llamarse Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh). En los últimos años, de una sociedad profundamente conservadora, Chile ha avanzado en diversos derechos LGBT tras la aprobación de políticas como matrimonio igualitario, adopción homoparental, y políticas más recientes como Ley de Identidad de Género y el reconocimiento del género no binario en documentos oficiales (aunque mediante proceso judicial). Aun así, la población LGBTQ y, en particular, la población trans, sigue siendo vulnerable a discriminación y crímenes de odio, principalmente luego de la pandemia del COVID-19, en donde se detectó un incremento de episodios de violencia psicológica, verbal y física tras los confinamientos obligatorios y toques de queda (El Mostrador, 2020).

Fuente: International Lesbian, Gay, Bisexual, Trans and Intersex Association, ILGA.

El enfoque de la sexualidad en los Derechos Humanos es fundamental para hablar de igualdad y discriminación, en particular para establecer estos principios como pilares de una democracia que busca respetar los derechos de las personas, es por la misma razón que existe existe un amplio consenso respecto al valor de la igualdad y la no discriminación (Gauche, 2015). Cuando hablamos de discriminación, nos referimos a la diferenciación en el trato otorgado a dos o más personas o grupos de personas, lo cual se puede reflejar en la distinción, exclusión, restricción o preferencia hacia un grupo de personas (Palacios, 2006). En el caso de la discriminación y violencia por orientación sexual e identidad de género está prohibida por la Convención Americana sobre Derechos Humanos. En dicha convención, se estipula en el artículo 1 que es obligación del Estado respetar los derechos y garantizar su ejercicio de todas las personas sin discriminación, ya sea por condición social u orientación sexual. Por otro lado, también están los Principios de Yogyakarta (2006), los cuales son una serie de principios que aplican en la legislación internacional de Derechos Humanos respecto a la orientación sexual e identidad de género; específicamente y, en relación al caso de Zamudio, se pueden considerar los siguientes puntos

  • Derecho al disfrute universal de los Derechos Humanos, incluyendo todas las orientaciones sexuales e identidades de género
  • Derecho a la igualdad y no discriminación, lo que sugiere que la ley prohíba toda discriminación y garantice protección igual y efectiva a todas las personas
  • Derecho a toda persona a no ser sometida a torturas, penas o tratos crueles, inhumanos y degradantes
  • Derecho a la libertad de opinión y expresión, incluyendo la expresión de la identidad o personalidad mediante el lenguaje, apariencia, comportamiento, vestimenta, características corporales, elección del nombre, entre otros.

Foto correspondiente al octavo aniversario de la entrada en vigencia de la «Ley Zamudio» (fuente: El Mostrador)

Son sólo algunos de los puntos que sostiene el Principio de Yogyakarta y que se vulneran en el crimen contra Daniel Zamudio. Además, las agresiones sufridas por Daniel también transgreden principios de la Declaración Universal de Derechos Humanos, como derecho a la vida y a no ser sometido a torturas, ni penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes. A partir de esto, diversos Estados han avanzando en reconocer estos temas dentro de la discusión de Derechos Humanos, creación de leyes para defender y promover los derechos LGBTQ y políticas públicas que exijan a autoridades un trato digno e igualitario para todas las personas, sin embargo, también se ha discutido la necesidad de que, a pesar de los cambios políticos también esto debe complementarse con los cambios sociales y culturales, a nivel familiar, en escuelas, redes sociales, empresas y todos los ámbitos de la vida (Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, 2012).

Finalmente, es importante señalar que Chile ha tenido un importante avance en el reconocimiento de los derechos LGBTQ, sin embargo, la denominada “Ley Zamudio” sigue siendo tema de discusión y debates, respecto a la necesidad de su perfeccionamiento y focalización en casos de discriminación por orientación sexual e identidad de género. Principalmente, se plantea la necesidad de fortalecer la parte de prevención, es decir, en formular acciones para informar a la ciudadanía y transformar mitos, prejuicios e imaginarios culturales que permitan la discriminación, siendo una de las principales deudas de la ley y que merecen ser reparadas, considerando que los diversos tratados internacionales establecen la obligación de los Estados para generar mecanismos de prevención (INDH, 2012).


Instrumentos internacionales de derechos humanos relacionados con el caso:

 


* Denuncia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de Karen Atala, jueza chilena a quien el Estado le negó la custodia de sus hijas en base a argumentos fundados en su relación de pareja con otra mujer.

Leyes y documentos oficiales

Material audiovisual

  • 24 Horas (2022). Archivo 24: A 10 años de la muerte de Daniel Zamudio, el ataque homofóbico que conmovió a Chile. Disponible en TVN
  • TVN (2015). Zamudio: Perdidos en la noche [miniserie]. Disponible en TVN

Informes de Derechos Humanos

Prensa y documentos online

Bibliografía

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